No tiene por qué ser el perfume cautivante de una mujer. Son simplemente olores que cuando los sentimos nos hacen soltar una sonrisa.
5. El olor a verano. Cuando las veredas están mojadas y comienzan a secarse empieza emerger una fragancia a humedad arrolladora. Ahí es cuando nos damos cuenta que estalló el verano.
4. El olor a carne cruda. Uno de los placeres más grandes de la vida es ir a la carnicería y quedarse percibiendo el olor a lomo, novillo, falda entre otras especies. Y sí, de carne somos.
3. El olor a asado. Es uno de uno de esos olores que para mí, superan ampliamente al objeto tangible. El olor asado no se compara con nada. Ni siquiera con el asado mismo. Es un olor tan seductor, que despierta tantos sentidos y expectativas, que luego, ni el más eximio asador puede complacer.
2. El olor a nafta. Desde niño recuerdo ir en el asiento trasero del auto dejándome llevar por ese aroma afrodisíaco de la nafta super que salía desde el surtidor al vehículo de mi padre.
1. El olor a nuevo de un auto. Lo más lindo de tener un auto nuevo, es el olor a nuevo. Ni la dirección hidráulica, ni el mp3, ni las llantas de aleación, ni nada. Lo que garpa de posta, lo que te eriza la piel, lo que te hace poner la carne de pollo, lo que te da adrenalina, es sentir ese olor a inmaculado que tiene apenas te subís.
1 comentario:
Hablando de olor, ¿viste que salió el nuevo Axe Happy? La sutileza se tomó franco, parece.
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