A algunos los pone tristes, a otros melancólicos, a unos cuantos románticos y a Antonio Birabent no lo inspira. La verdad, a mí, la lluvia me rompe los huevos.
Así que Gene Kelly, andá a cantarle a Gardel. Y llevá paragüas.
5. El paso estratégico. Es sumamente arduo y trabajoso ir adivinando, cual rayuela in the rain, que baldosa está floja y cual no. Igual siempre uno termina con los pepés ensopapados.
4. El paragüas. Adorado por algunos, denostado por otros, el paragüas es una de las cosas más incómodas que existen sobre la tierra. Si bien es mucho mejor estar al resguardo de esta mini sombrilla, su acarreamiento es totalmente molesto. Ni que hablar de su inutilidad en los días de mucho viento.
3. Después refresca. Siempre está el pelotudo que en alguna conversación se disfraza de pronosticador y augura: - No, lo bueno, que ahora para y refresca. Ésta refresca. Después de soportar litros y litros de agua que cayeron del cielo, hay que aguantar el calor que por la humedad excesiva se torna insoportable.
2. La imposición de un nuevo peinado. La humedad, uno de los males que vine adherido a la lluvia, hace que nuestro pelo luzca diferente a como suele presentarse cotidianamente. A algunos/as se les infla y otros/as se les achata. A ver Teté, a mover las cabezas.
1. El plan obligado para la lluvia. Detesto que la lluvia imponga planes. Odio escuchar a los locutores de radio decir: -qué lindo que está para quedarse en casa. Pero porqué no te quedaste en casa vos nabo. O los que siempre proponen originalidades como ir de shopping, al cine o el ya vetusto programa de tomar mate con tortas fritas. Y encima ni sé lo que son las tortas fritas.
domingo, 30 de noviembre de 2008
martes, 18 de noviembre de 2008
Cinco cosas que pasan por teléfono.
Si esperás que te llamen, te quedás esperando. Si el celular está en el fondo de la mochila en un subte atestado de gente, ahí te llaman. Lo que pasa por teléfono, también pasa por este blog.
5. El falso acting cuando atendés. El inexplicable hola en tono de pregunta cuando atendemos una llamada por celular sabiendo quién es.
4. La incomodidad de hablar por celular con poca señal. La deformación de la voz por esta causa puede afectar seriamente una relación. "Te escuché un poco distante".
3. El ring raje. En épocas de vacas flacas, sin crédito, llamás a alguien y cortás para obtener el famoso: ¿Me llamaste?
2. El inevitable e inútil mensaje desesperado de las 5 y media de la mañana. Fiesta que decae. Borrachera que pasa de euforia a melancolía y esa chica del pasado que aparece de la nada para ser mensajeada. Lo mando, no lo mando, lo mando, no lo mando... Y, nunca contestó.
1. Los policias mandándose mensajes de texto todo el tiempo. La comunidad políciaca es fanática del sms. Mandá cana al 4242 y fijate.
Mención honorífica: Los extranjeros hablando en el teléfono semipúblico.
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