5. Va tener un hijo. Si bien su mujer no es santa de mi devoción, celebro que Roger vaya a ser padre. Ese me parece que es el primer punto que lo acerca a ser un chabón común.
4. Ahora dice incoherencias. Es sabido que el desenvolvimiento de Federer en superficies rápidas es superlativo. Entre las explicaciones que se pueden encontrar acerca de por qué fue número 1, encuentro la siguiente: 4, de 3 grand slams, se juegan en terreno rápido (Australia y Usa en rebound ace, Wimbledon en pasto). Ahora, como Nadal aprendió a jugar en cemento y en césped, Rogelio declara en los medios que: - por fin la temporada de canchas rápidas se termina.3. Perdió el número 1. En la disputa que se generó entre Nadal y Federer, yo siempre tomé partido por el español. Su coraje, su actitud de no rendirse nunca siempre me llegó. Y más que nada me conmovía verlo pelear desde el segundo lugar contra un genio que estaba 1. Ahora que es 1, me sigue sorprendiendo como se esfuerza por mantener ese sitio de privilegio. Y también me sorprende como lo tiene de hijo a Federer.
2. El llanto en la final de Australia. En las únicas ocasiones que había visto a Rogelio soltar un lagrimón, fueron en las que se consagró campeón de Wimbledon. Claro que allí era fácil emocionarse un poco. Ganás el torneo más tradicional de todos y encima en la tierra donde se creó ese deporte. Ese leve lagrimeo no me conmovió ni un poco. El que sí caló hondo en mi ser, fue el llanto que tuvo cuando perdió la final de Australia 2009 frente a Rafael Nadal. Allí se permitió llorar de posta, vio cuando la copa pasó delante suyo para ser entregada al de Manacor y estalló en lágrimas.
1. La rotura de la raqueta en Miami. Tengo que decir que no ví en vivo ese momento, dado que en el punto donde se registró el hecho, una compañera de trabajo distrajo mi atención con una pregunta intrascendente. Sí, tuve que conformarme observando en la repetición como Federer hacía mierda su raqueta en la semifinal del Abierto de Miami frente a Novak Djokovic. Pero esta actitud, tan increíble para muchos, parece que no era nueva, que estaba escondida por los laureles del éxito. Como dije al principio, es muy fácil no enojarse cuando todo te sale bien.
Se dice que cuando Rogelio era chico, y daba sus primeros pasos en el circuito, era un pibe con un temperamento díscolo, que se teñía el pelo, era irascible y rompía raquetas. Hasta que, cuenta la leyenda, la madre un día le dijo:-si seguís portándote así Rogelio, no te llevo más a ningún torneo. Y es así que el ex número 1 cambió radicalmente su conducta y se transformó en ese híbrido que jugaba al tenis como nadie pero que en las venas parecía que tenía agua.
Celebro esa actitud visceral que tuvo en Miami y además, también celebro y admito, que rompió muy bien su raqueta.
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