5. Si tu existencia está pasando por una etapa de intrascendencia absoluta, por lo general, te van preguntar: -¿Qué contás de bueno?
4. Por lo general siento una profunda frustación cuando estoy comiendo un pico dulce y se parte.
3. Si tenés una actitud torpe, si te golpeás de una manera muy idiota, que deja en evidencia tu poca coordinación, y si encima te ven, por lo general, seguramente vas a decir casi como acto reflejo: -no, no me dolió. Aunque por dentro te estés carcomiendo de dolor y por fuera hasta se te piante un lagrimón.
2. Cuando te hacen una pregunta que te desorienta, que no sabés que responder, por general, se suele contestar con el infalible: -Que buena pregunta. Entonces si es tan buena, ¿porque no la contestás?
1. Ponele que estás solo o sola, y cada vez que pasa eso surge esa pregunta que perturba, que todos saben la respuesta, pero te lo hacen para pincharte, de maldad. La pregunta es: ¿Tenés novio/a? Y la respuesta trillada y casi patética, aunque que todos saben que estás más solapa que el llanero es: -eeeh, siempre hay algo.
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